Margarita Carú fue distinguida por sus pares en el marco de la Cuadragésimo Primera Reunión de la Sociedad de Microbiología de Chile, instancia en la que la académica de la misma unidad, Julieta Orlando, presentó una síntesis de su vida, trabajo científico y compromiso con la formación de múltiples generaciones de profesionales e investigadores.
La genética de hongos filamentosos, la microbiología de suelos y la ecología microbiana han sido algunos de los temas abordados por la profesora Margarita Carú a lo largo de su dilatada carrera académica. A esta labor se suma su aporte y compromiso en la formación de profesionales y especialistas por más de 40 años en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Esta vida dedicada a la investigación y la docencia fue reconocida por sus pares en la reunión anual que convoca a los microbiólogos de todo el país, encuentro en el que recibió el Premio a la Trayectoria en Microbiología.
La Cuadragésimo Primera Reunión de la Sociedad de Microbiología de Chile, realizada entre el 05 y el 08 de noviembre en la ciudad de Puerto Varas, fue el escenario de la entrega de este reconocimiento, ocasión en que la profesora Carú señaló que “después de 41 años en la actividad universitaria y haciendo una breve retrospectiva del camino recorrido, no puedo más que agradecer el haber tenido la oportunidad de ser parte de la aventura académica”.
En el marco de la premiación, la académica de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile, Julieta Orlando, recapituló diversos aspectos destacados en la trayectoria de la profesora Carú. En su intervención, destacó su fuerte compromiso institucional, al asumir diversos cargos administrativos y de gestión en la institución, desde su rol como directora de la Escuela de Pregrado por 12 años hasta su cargo como vicedecana de esta unidad académica.
También presentó una síntesis de su contribución a la disciplina desde los inicios de su carrera científica, particularmente el reconocimiento a su labor con la actinobacteria Frankia, investigación con la que estableció una colección de cultivos de esta bacteria que ha sido consultada como referencia por la comunidad científica internacional. Junto a esto, reseñó su trabajo posterior como una de las pioneras en el ámbito de la ecología microbiana en Chile, investigando las interacciones simbióticas, la biogeografía de microorganismos y las invasiones biológicas, entre otras áreas en las que innovó para la ciencia nacional.
Durante su discurso, la profesora Carú reflexionó: “¿cómo llegué a interesarme en la Ecología Microbiana? Para ser sincera tendría que decir que fue a través de la docencia que me obligó a tener una mirada distinta de los microorganismos, ya no sólo como entidades aisladas y en cultivo sino como parte de comunidades”.
Respecto a su experiencia docente, trabajando con estudiantes de pregrado y postgrado, agregó, me ha resultado enormemente enriquecedora y espero haber contribuido en parte a su formación académica. Es por eso que considero que es mi deber compartir con ellos este reconocimiento, ya que son el motor que mueve el trabajo de investigación”. Para la profesora Orlando, ésta es una de las cualidades más valoradas por la comunidad científica que entregó esta distinción, ya que a lo largo de su carrera ha contribuido a la formación de un sinnúmero de profesionales y reconocidos científicos.
Contingencia nacional
La profesora Carú no dejó pasar la instancia para realizar una reflexión sobre la contingencia nacional, específicamente en relación al rol de los académicos en la sociedad que se ha construido y al sentimiento generalizado de descontento. En este sentido, se cuestionó: “¿cuántas veces nuestras acciones aportan a la desigualdad? Como científicos y como docentes nos vemos sistemáticamente involucrados en procesos de evaluación, y sin duda en todos estos procesos valoramos los méritos de los postulantes; y yo creo en la meritocracia, pero no podemos olvidar las circunstancias de aquellos que postulan y de su entorno, ¿le damos el justo valor a todas las actividades o valoramos más algunas respecto de otras?, ¿es lo mismo iniciar una línea de investigación o ser parte de un grupo de investigación muy productivo?, ¿evaluamos igual la investigación que la docencia?, ¿sentimos que perdemos el tiempo cuando participamos en una acreditación, porque ese tiempo no se evalúa en su mérito?, ¿hay equidad en nuestras instituciones universitarias?”.
Su análisis prosiguió con preguntas sobre el rol docente del académico universitario. “¿Evaluamos adecuadamente a nuestros estudiantes?, ¿nos interesan su progreso y su aprendizaje o que sólo piensen como nosotros?, ¿nos preocupamos de formar profesionales comprometidos con las necesidades de la gente o estamos más preocupados de la tasa de graduación?; y más cercanamente, ¿estamos haciendo todo el esfuerzo por formar científicos y no especialistas preocupados sólo de su tema de estudio?”, preguntó en su discurso.
Esta reflexión no estuvo ajena de un cuestionamiento personal, preguntándose: “¿cuántas veces con mi actuar no agregué unos cuantos granos de arena para desequilibrar la balanza y aumentar las brechas de la desigualdad?, ¿cuántas veces no defendí con más fuerza lo que creí que era justo, o simplemente dejé pasar la oportunidad de hacer algo?”.
El discurso de la profesora Carú dio inicio a las sesiones de reflexión grupal que se llevaron a cabo durante la Cuadragésimo Primera Reunión de la Sociedad de Microbiología de Chile. El encuentro científico congregó a más de 300 asistentes para la presentación de los avances científicos de la disciplina. En él además se realizó un cabildo de dos jornadas en el que se discutieron temas relacionados con la situación actual que atraviesa el país, instancia que contó con la participación de la Subsecretaría del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y la Seremi de Ciencia de la Macrozona Sur.